Necesidad de Jesús
aquí estoy ante el Sagrario,
oye mi voz suplicante,
quiero ser por ti reconfortado,
por ello vengo a tu santuario,
quiero ser tu acompañante.
Señor, me siento abatido,
por eso vengo a ti deseoso
de que sanes mi herido corazón
y saques de él, el mal aborrecido.
Yo quiero tu abrazo amoroso
y que me des, Señor, tu bendición.
Guíame, Tú que eres bueno,
para así obrar siempre el bien
y que todo, Señor, en mi vida
de tu gran amor esté lleno
y de tu gran bondad también.
porque Tú eres quien me cuida .
Amén.
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