miércoles, 20 de mayo de 2020

Oraciones para el Descanso Nocturno


ORACIÓN
En el aprieto me diste anchura.
El día, Señor, toca ya a su fin. Atrás quedan los trabajos, las prisas, el ajetreo de la jornada. Estoy solo y, antes de cerrar los ojos, mi oración sube hasta Ti. “En el aprieto me diste anchura” Quiero darte gracias, Dios mío, por la anchura. No puedo vivir en un lugar estrecho; me angustio, me agobio. Necesito asomarme al ancho cielo, al ancho mar, al horizonte infinito. Y, sobre todo, necesito anchura de corazón y libertad de espíritu. En Ti está lo “ancho y lo largo; lo alto y lo profundo” (Ef 3, 18). Yo quiero vivir siempre en la casa amplia y grande de tu Amor. Allí soy feliz. Allí vivo a mis anchas.

ORACIÓN
“En paz me acuesto”
Tengo paz, Señor y no me cambiaría por nadie. No temo la noche porque está envuelta en tu paz. Tú velas mi sueño como velabas el sueño de tus discípulos cuando dormían. Permíteme bajar contigo, esta noche, al sepulcro y dejar allí para siempre mi vieja vida de pecado y levantarme mañana estrenando la aurora de una nueva vida. Que todo mi ser quede penetrado del Misterio Pascual y así, cada jornada, con su ritmo de “noche y día”, me vaya preparando para el encuentro definitivo, sin traumas ni sobresaltos. Que pueda recitar este salmo a la hora de mi muerte: “en paz me acuesto y enseguida me duermo”, porque estoy seguro de despertar contigo en una noche eterna, llena de luz y de felicidad.


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